Los inversores son imprescindibles en cualquier instalación de energía solar fotovoltaica. De hecho, podríamos definirlos como el auténtico “cerebro del sistema”.
¿Por qué? Porque este elemento es el encargado de convertir la corriente continua (CC) en corriente alterna (CA) apta para su aprovechamiento: cuando las placas fotovoltaicas reciben la luz solar, los fotones activan a los electrones, que comienzan a moverse dentro de las células solares produciendo “electricidad continua”. Esta energía no es “útil” por sí misma, así que los circuitos dentro de las células fotovoltaicas se encargan de recogerla y enviarla al inversor, que la transforma en energía alterna que tendrá el mismo voltaje que los enchufes de la vivienda o establecimiento.
Por eso cualquier instalación fotovoltaica, independientemente de su tamaño, necesita tener, al menos, un inversor.
¿Para qué sirve el inversor fotovoltaico?
Los inversores sincronizan la onda eléctrica generada por los paneles y la corriente eléctrica de la red para que sean compatibles.
Igualmente, estos elementos poseen funciones de protección para garantizar la calidad de la electricidad vertida a la red y la seguridad de la propia instalación y de las personas.
Otra de las funciones de los inversores fotovoltaicos es hacer un seguimiento de los rendimientos energéticos del sistema y de su actividad eléctrica, así como de posibles problemas o averías surgidas en la instalación.
Cómo elegir un inversor fotovoltaico
Elegir el inversor adecuado maximiza la producción de energía de las placas solares de una instalación fotovoltaica, lo que supone un mejor rendimiento de la misma.
La potencia, clave para elegir el mejor inversor fotovoltaico
Lo primero que debemos tener en cuenta es la potencia del inversor (vatios) para que sea capaz de limitar la potencia total de los paneles solares sin causar problemas al resto de la instalación.
Por ejemplo, si tenemos un inversor de 5 KW, la suma total de la energía producida por las placas conectadas al mismo no debe superar dicha cifra. De hacerlo, tendríamos que buscar un inversor más potente.
La importancia de un buen diseño
Otro aspecto importante es el diseño de la propia instalación, ya que la electricidad no se distribuye igual en instalaciones conectadas a la red que en las instalaciones de autoconsumo aisladas, donde es fundamental almacenar una parte de la energía producida.
En este segundo caso, los inversores deben elegirse en función de la capacidad de las baterías del sistema.
Esto quiere decir, básicamente, que antes de comprar un inversor hay que tener en cuenta la potencia que tiene y compararla con la de la batería para mejorar su eficiencia.
Lo ideal es que el inversor tenga el doble de potencia que el equipo eléctrico al que se vaya a conectar (en este caso, una batería). Excedernos en este porcentaje puede ser contraproducente porque si el sistema trabaja a baja potencia, su eficiencia se reducirá.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que si un inversor fotovoltaico tiene una eficiencia del 90% conectado a una batería de 200 W, habrá un 10% de energía que se perderá.
Un último aspecto a valorar para elegir un inversor fotovoltaico es la tensión de entrada que, a su vez, limitará la tensión de salida (12, 24 y 48 V para que se transforme en 110, 220 o 230 V).
Si tienes dudas, consulta con nuestros expertos. Te indicaremos qué inversor es el más adecuado parea ti.
Tipos de inversores fotovoltaicos
Inversores string (o en cadena)
Son la opción más habitual en instalaciones fotovoltaicas domésticas. En este caso, todos los paneles solares están conectados a un mismo inversor «centralizado».
Los inversores en string son más asequibles económicamente y tienen un mantenimiento sencillo, ya que suelen colocarse en zonas visibles (terraza, azotea, garaje, etc.).
Su único contra es que producen tanta electricidad útil como el panel solar que menos produzca, lo que puede reducir el rendimiento si hay paneles que no funcionan o que están a la sombra.
Por eso, se recomiendan en viviendas con cubiertas «sin obstáculos» y que reciben radiación durante todo el día.
Microinversores
A diferencia de los inversores “en cadena” o “centralizados”, los microinversores son «distribuidos». Esto quiere decir que cada placa solar tiene su propio microinversor.
Los microinversores son muy eficientes y permiten supervisar el rendimiento de cada panel para identificar problemas de producción.
Sin embargo, son algo más caros y, como están siempre en la cubierta, sus reparaciones pueden ser más complejas.
Optimizadores de potencia
Los optimizadores de potencia combinan lo mejor de inversores string y microinversores.
Al igual que los segundos, se colocan en las cubiertas e individualmente para cada panel solar. Sin embargo, los optimizadores no convierten la corriente continua en corriente alterna, sino que «fijan» el voltaje y envían la electricidad a un inversor fotovoltaico centralizado para su conversión.
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